Se siente en el aire, se respira. Otra vez Avellaneda vuelve a ser testigo de una final. Y, cómo no, es Independiente, que recuperó la memoria, el que imprime ese calor en la gente de la ciudad, con su chance ante el Goiás de hacerse con la Copa Sudamericana, otro título internacional para su palmarés.
Se siente en el aire, se respira. El Turco ordenó que todos, incluso Andrés Silvera y Walter Busse, se concentren. La unión hace la fuerza. Pero eso no es todo, desde el Rojo se alienta a los hinchas a asistir al último entrenamiento previo al encuentro. Será a puertas cerradas primero, porque habrá trabajos con pelota parada, y a puertas abiertas después, para que cada fanático pueda hacerle sentir esa motivación extra a cada jugador.
Se siente en el aire, se respira. Los muchachos de Antonio Mohamed se entrenaron en vísperas de la gran final, una finalísima en la que deberán sobreponerse a un 2-0 en la ida. El equipo variaría, sería otro, uno que jamás jugó en lo que va del certamen: Hilario Navarro; Eduardo Tuzzio, Carlos Matheu (sería el capitán), Javier Velázquez, Lucas Mareque; Nicolás Cabrera, Hernán Fredes, Roberto Battión, Nicolás Martínez; Patricio Rodríguez y Facundo Parra. Claro, el fondo podría mutar en una línea de tres con el lateral izquierdo yéndose permanentemente y Nico Martínez juntándose con Patito para dejarle la banda.
Se siente en el aire, se respira. El equipo brasileño ya está en el Hotel Emperador a la espera del cruce y una posible clasificación a la siguiente Copa Libertadores, aún habiéndose ido a la segunda categoría de su fútbol. Goiás calentó la previa con Rafael Moura como el abanderado. Por las dudas, desde el club, mediante un comunicado en su página web, avisaron que la institución brasileña "no se responsabiliza de la seguridad de los seguidores de su equipo en el estadio Libertadores de América".
Se siente en el aire, se respira: el Rojo se juega la parada más importante de los últimos 15 años.
Olé
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