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Matheu será el capitán en la final y el primero en tocar la copa en caso de ganarla |
Cada día, cuando los jugadores de Independiente entran al vestuario del predio de Villa Domínico, se encuentran con dos gigantografías: la del equipo campeón de la Supercopa 95, el último título internacional (del que ayer se cumplieron 15 años), y la formación del ganador del Apertura 02, última conquista local. Es imposible, entonces, no conocer la historia. Es imposible, entonces, no contagiarse de ella. Y querer figurar en esa pared. “Daría todo por quedar en la foto histórica del campeón”, exterioriza Carlos Matheu una de sus sensaciones, a horas del partido decisivo de la Copa Sudamericana. Y agrega: “Todo el plantel quiere eso. Sería entrar en una partecita de lo grande que es la vida de este club”.
-Serías el primero en tocar la copa, ¿lo pensás?
-Sí, siempre se sueña con eso. Ser capitán reconforta, pero después es lo mismo: uno apoya siempre y quiere lo mejor para el grupo. Entre todos luchamos para llegar hasta acá, en un semestre que fue raro. Menotti y Garnero conformaron un buen plantel y sabíamos que podíamos alcanzar este rendimiento y hacer un gran papel en la Sudamericana. Pero para eso necesitábamos tiempo, porque los frutos hoy están, y los que no están son ellos, porque los resultados aceleraron etapas.
-Fuiste suplente durante todo el torneo, ¿qué sentiste cuándo te enteraste de que ibas a jugar?
-Recordé todo el sacrificio y el esfuerzo que hice. Arranqué el año con muchas expectativas, con ganas de conseguir cosas y citado a la Selección, con el Mundial por delante, y todo se me frustró rápido con una lesión que demandó mucho tiempo de recuperación. Eso ya es pasado, el ritmo de juego que me faltaba lo conseguí, y espero devolver la confianza. Agradezco a todo el plantel, porque es el que está hoy en la final. Y ahora a tratar de disfrutar. Porque es la primera vez, desde que estoy en el club, que nos toca definir un torneo. Y estas oportunidades no hay que dejarlas pasar.
-¿Cómo hay que jugar?
-La palabra final lo dice todo: hay que jugar con el corazón, con ganas de ir para adelante y yendo a buscar, porque estamos dos goles abajo. Pero con inteligencia. Está en nosotros, que somos profesionales, saber manejar los nervios y la ansiedad. Y que la euforia de la gente, que con su apoyo nos va a llevar para adelante, sea útil y no algo que nos complique el partido, pero sabiendo la responsabilidad que es estar en las puertas de lograr algo importante.
Olé
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