-¿Tuviste que apagar el celu para descansar?
No, no fue necesario. Se quedó sin batería antes de tanto que lo usé ja, ja. Me llamaron de todos lados, de todas partes, fue algo increíble.
-¿Cómo fue el día después?
-Me desperté temprano, compré los diarios, desayuné y después me tuve que ir a entrenar. Volví a casa y ahora estoy en el cumpleaños de la prima de mi suegro.
-Y le eclipsaste el festejo...
-No, pobre. Estamos todos en familia, muy tranquilos y disfrutando de este momento que me toca vivir.
-Los goles en los clásicos son los que pasan a la historia. Podés meter un gol para el triunfo en cualquier encuentro pero en estos vale la eternidad porque los hinchas te lo valoran. ¿Cuál fue la demostración de afecto que más te llegó?
-Mirá, se me acercó un chico con la tapa de un diario para pedirme que se la firmara. Se la firmé, la agarró y la puso en el parabrisas y se puso a manejar así. Me dio miedo de que se pegara un palo...
-¿Qué se siente despertarse y verse en todos los diarios, salir en todos los programas de radio y tele?
-La verdad que para mi esto es algo muy nuevo, algo único y lo que me pone más contento es que el equipo pudo ganar. Hay que priorizar al grupo por sobre todo lo individual.
-Fue tu primer gol ¿Se complicó para festejarlo?
-Mas o menos es que se me cruzaron muchas cosas por la cabeza en ese momento. Pero lo primero que quise hacer fue buscar a mi familia que justo estaba en la garganta de Diablo ahí al costado del arco.
-Llegar hasta este presente no te fue fácil ¿De quiénes te acordás en este momento?
-En los momentos malos la verdad que fueron muchas las personas que estuvieron a mi lado dándome una mano. Lo importante es que ellos saben bien que les estoy agradecido. Espero que disfruten este momento como lo estoy disfrutando yo. Obvio que le estoy muy agradecido a Pancho Sá y al Chivo Pavoni porque ellos me dieron la oportunidad de debutar en Primera.
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