Como no tenían lugar en las tribunas, los jugadores que integran la lista de buena fe quedaron afuera del banco, colaboradores del cuerpo técnico, masajistas y gente de seguridad del club se colocaron cerca del túnel, detrás de los carteles de publicidad del arco que ocupó Hilario Navarro en el primer tiempo. Pero cuando iban 20 minutos, la Policía los hizo retirarse de ese lugar y los mandó para la boca del túnel. Allí, sin embargo, fueron echados nuevamente a la fuerza, en una escena lamentable: hubo palazos para el colaborador que acompaña a los jugadores al antidóping y para el jefe de seguridad y gas pimienta para Pacheco.
Después de los incidentes, a todo este grupo no le quedó otra que irse para el vestuario y quedarse allí hasta el final.
Olé
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